Cuando llegaba del trabajo no había mas… éramos yo y la cama, y que nadie se atreviera a molestarme porque mi histeria salía automáticamente cual payasito saltarín encerrado en la caja sorpresa.
No entendía porque después de ser una persona que solo necesitaba dormir por tres horas, mi sueño se había vuelto tan pesado y me había quedado fines de semana enteros durmiendo casi todo el día… mi vida social había terminado el día firme mi contrato como Coordinadora de comunicación y desarrollo de aquella empresa…
Mi trabajo… pues no era el empleo de mis sueños, pero yo acababa de salir de la universidad y el puesto era jerárquicamente alto… una oportunidad así no se tira a la basura… era comunicación organizacional… yo había aprendido a hacerla en la uni, no debía ser tan difícil hacer feliz a la gente y llevar una que otra cosita financiera…
Desperté a mi error al mes de trabajar ahí… la parte humana se veía realmente opacada por la cantidad de trabajo administrativo que el departamento llevaba. Nomina de 350 personas, presupuestos, dinero, caja chica, proveedores, clientes, sonríele al mundo aunque por dentro el stress te este carcomiendo el estomago, inducciones a la empresa, realizar eventos con un presupuesto pequeño, dinero, números, políticas de calidad, cuadrados y mas cuadrados por todos lados…
Mi jornada laboral empezaba a las 9 de la mañana y terminaba a las 11 de la noche si bien me iba… no comprendía porque en las otras plazas de la republica las cosas parecían tan sencillas cuando para mi, llegar a los reportes de fin de mes me parecían mas que una tortura una verdadera masacre a mi cabeza y mi nueva gastritis.
A los tres meses me empezó a doler la cabeza constantemente, lo bueno es que también en el departamento me tocaba hacerla de enfermera y el botiquín siempre estaba atascado de aspirinas. Pero tanta aspirina me empezó a provocar gastritis… eso o que tenia que tomar casi dos litros diarios de coca cola para poder aguantar la jornada completa… para los 6 meses y el evento de fin de año ya tenia una ulcera gástrica, migraña y una dermatitis nerviosa marca Acme…
Luego vinieron los aumentos de sueldo y la confianza de mi jefa de “ya no eres la novata y ahora si te tocan los regaños cuando te equivocas” y entonces vino lo mas difícil. Una depresión total.
Siempre había sido la niña consentida de los profesores… no me considero ñoña pero si muy inteligente, sabia darle la vuelta al asunto para siempre dar lo mejor en todas las materias con el menor de los esfuerzos, siempre fui muy creativa y eso me ayudaba bastante a sacar mejores calificaciones que quienes pasaban días tratando de completar las tareas.
Pero en el trabajo no era así… en el trabajo cuando trataba de ser creativa, siempre había que romper una regla, y con un estricto departamento de calidad, ser creativa solo me producía problemas… llego un momento en que decidí apegarme a las reglas, y fue cuando me di cuenta que cada vez tenia mas retardos, llegaba “menos presentable” a trabajar, y mi hora de salida se alargaba un poco mas… eso me traía mas problemas, al punto en que me sentía inútil y lenta todos los días… y mi jefa probablemente pensaba igual… yo no estaba siendo productiva para nada y mis esfuerzos estratosféricos servían para solo cumplir lo que me pedían y nunca ser proactiva… vaya baja de autoestima para la “superwoman” que siempre me había creído.
Había partes de mi trabajo que me encantaban y siempre las realizaba en las primeras horas del día… el problema era el final del día. Mi humor había cambiado tanto que tenia problemas con la mitad de la empresa, con mi jefa, con mi familia, mi novio me había cortado como desde el tercer mes de trabajo, y mi vida social se había reducido a un fin de semana de descanso y silencio…
Termine renunciando antes de cumplir el año en la empresa. Con ulcera gástrica, migraña, dermatitis nerviosa, depresión, un autoestima del tamaño de un cacahuate, y mas problemas que buenos amigos.
Tres meses buscando otro trabajo… para ser sincera no sabia ni donde buscar… no quería tener tantas responsabilidades como en el pasado, pero me gustaba la idea de un puesto como el mío o un poco mas alto… o tal ves cambiar de giro… dicen que nadie es feliz en su trabajo, ¿por eso te pagan por hacerlo, no?.... pero y luego, ¿busco un trabajo donde no sea feliz? Porque hay gente que si es feliz en su trabajo, pero ¿porque no me gusta ninguno, o será que no estoy buscando bien, o no lo estoy buscando en el lado correcto?
Como mandado del cielo me llego un empleo maravilloso… Consultora de mapa de talentos y una tecnología asombrosa llamada diagnostico de talentos por dominancia cerebral.
Wow. Y se hizo la luz… comprendí millones de cuestiones, comprendí mi cansancio, mi baja de productividad, mi depresión, mi gastritis, la migraña y todo lo demás… simplemente en mi lugar necesitaban a alguien totalmente contrario a mi.
Yo una frontal derecha extravertida, metida en una oficina por mas de doce horas, haciendo un trabajo de basal izquierda… Ahora todo quedaba tan claro.
¡Como podía ser productiva en algo que me costaba 100 veces más oxigeno realizar¡
Conocer la tecnología Benziger me ayudo a mejorar las relaciones personales con mi familiar, con mi pareja y laborales. Es un autoconocimiento que se puede utilizar en cualquier aspecto de nuestras vidas.
Conocerme a mi misma me ha ayudado a tomar mejores elecciones de vida. A elegir mejor que clase de empleos, maestría o posgrado debo realizar para maximizar lo que ya soy.
Ha mejorado mi salud totalmente, en tan solo unos meses la gastritis ya ni la siento, migrañas solo me ha dado una, mi humor volvió a ser el mismo y mis horas de sueño ya son normales. Adiós cansancio extremo en los fines de semana y hola a mi renovada vida social donde ahora, hasta se de que platicar con las personas según el perfil que creo que domina en su pensamiento.
No estoy vendiendo una píldora maravillosa, pero si una herramienta de autoconocimiento que puede abrirte los ojos y a evitar que cometas grandes errores que solo te llevarían a la infelicidad.
Todos tenemos talentos y defectos. Que mejor que saber donde si puedes hacer las cosas bien y donde mejor dejas que alguien más se encargue. De haberlo sabido, las cosas hubieran sido tan diferentes… el hubiera no existe, pero si existe el presente y el futuro, y ambos pintan bien.
Testimonio de Vanessa García Limón, consultora junior de Mapa de Talentos y Universidad Iberoamericana